Equivocada antes, pensado que el afecto puede hacerme feliz. Porque no es así. No te sientes mejor porque alguien te adule y te diga lo que te quiere. Eso no tiene valor. Ahora, en eso ya no hay ilusión.
Voy a dejar claro que los afectos nos engañan y nos hacen creer que nos harán felices. Pero, cuidado es una trampa. Vas a caer, le entregarás el corazón a alguien, y esa persona que crees que es merecedor...nunca, nunca lo merece.
Todo va a ser tan efímero como un parpadear de ojos. Vas a estar tan cegado que no verás más allá de lo que te hace sentir esa persona. Y lo que te hace sentir no vale nada. No es ni siquiera una cuarta parte de lo que podría entregarte. Y tú, sin embargo crédula piensas que te da todo, y tú le entregas tú vida y tú tiempo.
El amor hacía una persona nos ciega, y nos hace creer que somos totalmente felices, y que no hay nada mejor ni que pudiera superarlo.
Mujer, que lo das todo. Y después te toca llorar. Porque cuando se va te has quedado sola y sin nada. Y entonces pasas de un extremo a otro. ¿Dónde está la falsa felicidad? ¿Eres feliz? ¿de verdad? Pues sabes que no es así. Y que te has estado engañando años pensando que el amor te salvaría y has acabo peor de lo que empezaste.
Ves, te has equivocado. El amor no te hace feliz, tienes la falsa y equivocada idea de que así es. Y por crédula, ahora, lloras. Parece perfecto al principio y ahora, ¿qué me dices? ¿Te duele? Tú has tenido la culpa. Nunca nadie dijo que necesitases entregar el corazón a alguien. Mira, lo que ha echo él. Ni lo aprecia, ni lo hará, ni le importas, ni te quiere, ni eres su prioridad ni su mitad.
Voy a darte un consejo, vete. Pero no hullas. Aleja te y no ames. No le entregues el corazón a nadie, porque nadie lo merece. Te has limitado a pensar que el amor era perfecto, ahora, ya no es nada. Ni lo busques ni lo quieras.
